Con ustedes: sus calabazas

El post de hoy será pequeñito.

Como ya os dijimos, hemos hecho un taller de otoño para decorar calabazas con las niñas. Y ahora os presentamos sus creaciones:

(Disculpa entre paréntesis. Querríamos tener más fotos y de más modelos, pero una mezcla de impericia fotográfica y de «si-todas-van-a-hacer-este-modelo-yo-también» nos lo han impedido. Mejoraremos).

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Variopinteces (2)

Otro día os hablé de mis talleres con niñas. Pues seguimos con ellos, y, al parecer, con cierto «éxito de crítica y público».

Prometí que enseñaría alguna cosilla más de esos talleres. Y ya se sabe que lo prometido es deuda.

Hemos hecho unos cojines. ¿A que nos han quedado monos? Tened en cuenta que algunas de mis chicas era la primera vez que cogían una aguja en su vida… Y, por sus caras de satisfacción, creo que no será la última.

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Variopinteces

He empezado a hacer unos talleres con niñas que están al borde -justo en la raya…- de la adolescencia. La verdad es que, como corresponde, son divertidas y le ponen ganas. Porque tienen ganas, muchas ganas.

Hacemos cosas variadas, lo que, para desesperación de A. -purista de la lengua-, yo llamo variopinteces. Trabajos sencillos, pero intentando siempre que todo tenga un toque claro de buen gusto. Modelamos, pintamos, diseñamos. Cada día tiene su afán.

Parece que les está gustando, así que, poco a poco, iremos organizando alguna cosa más que me ronda por la cabeza. De momento, os presento a mis chicas, y os anuncio que en el blog irán apareciendo -¡si lo merecen!- algunas de nuestras variopintas creaciones.

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Los aviones son para el otoño

Empieza el frío. No es sólo que sea bueno ponerse al abrigo de los vientos. Es que, en realidad, apetece estar en casa. Cuando llegan estos días, una no puede olvidarse de aquellos anuncios de Nescafé: calor de hogar, vigas de madera en el techo, jerséis de lana y de cuello vuelto, una tarde laaaaarga por delante y, claro,  el humo de un café envolviendo la escena (y unas manos que se ‘abrazan’ a la taza).

Es el momento, pues, de inventar cosas caseras; pasatiempos que no sean sólo para ‘matar el tiempo’. Algo que divierta y que entretenga… sobre todo a los niños.

Otoño y aviones. Ésa ha sido la mezcla de esta mañana. Una construcción sencilla con pinzas, palos de madera, bolitas de hacer pulseras y pintura (eso que no falte). ¿Resultado? Aquí los tienes, en la pista de despegue:

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